Tanto tiempo acompañando a clientes en sus proyectos de re-branding, restyling de marca y branding en la creación de nuevas marcas. Tantas veces viéndoles sufrir al dejar en la estacada sus viejos pero amados logos, sus desactualizados colores corporativos y sus tipografías carentes de identidad… Tantas reuniones de presentación de proyectos de branding en los que los clientes pasaban de la incomodidad por el cambio a la ilusión por la promesa del nuevo futuro…
Tanto que un equipo cree haberlo visto todo… hasta que te toca a ti.
Cuando decimos que ha sido una catarsis, no exageramos. Cuando decimos que a más de uno se le han saltado las lágrimas, tampoco. Pero si tenemos que elegir un momento crítico, fue el día que tomamos 2 decisiones:
1.Cambiar el naming y la coletilla «con webo» que ya no identificaba el punto empresarial en el que nos encontramos.
Cuando la agencia nació allá por el 2014, los CEOs buscaron un nombre memorable y divertido. Habían leído que evocar al sexo o a la comida en el naming funcionaba muy bien, y se decidieron por lo segundo.
Uno de nuestros CEO procedía de una web factory y eso marcó nuestro adn empresarial. En nuestra agencia, a nivel estratégico, las webs son herramientas clave y primordiales. Pues bien, esto en el principio de los tiempos fue incluso mucho más acusado. Jugando con las palabras, de «web» viajaron al «webo» y de ahí al «Pisto con webo». Sonaba bien.
Hablaron con su entorno más cercano y el feedback fue genial. Además de sonar bien, divertía. Era memorable.
Alguno de los preguntados también comentó que mucha gente podría confundirlo con el nombre de un restaurante o un blog de recetas, y lejos de venirse abajo, donde otros veían un problema, ellos encontraron una manera de hacer contenido de marca con sentido del humor, algo que poco a poco fue forjando nuestra comunicación en muchos aspectos.
Pisto con webo, el «webo» que nos abrió muchas puertas por resultar gracioso y memorable.
La marca se posicionó en el ámbito geográfico que ellos definieron en su estrategia y para el tipo de empresario a quien querían enamorar, y era difícil que en la zona sur de Madrid y norte de Toledo, a algún empresario con un mínimo interés en marketing y publicidad, no le sonara «Pisto con webo». Es más, el «webo» utilizado tanto en el nombre de la marca como a nivel visual, nos abrió muchas puertas siempre.
Pero tras un tibio restyling de logotipo y eslogan en 2018, y casi una década de crecimiento y desarrollo de negocio después, definitivamente «con webo» condicionaba muchísimo el concepto del negocio. A partir de 2018, y sin desmerecer a las más de 300 webs que han salido de las mentes creativas de nuestro equipo a lo largo de todos estos años, nuestro foco principal se alejó mucho de las herramientas digitales. Desde entonces,
nuestro core de negocio es, sin lugar a dudas, la consultoría estratégica.
Es por eso que este año nuestro rebranding parte del nuevo nombre, «Pisto», alejando cualquier referencia al webo y a las webs.
2. La nueva identidad corporativa tenía que reducir la paleta cromática y apostar por una tipografía actual y con más carácter.
Si algo caracterizaba el branding de Pisto con webo eran nuestros 6 colores corporativos.
Eso, que aportaba tanta frescura a la marca, a nivel de aplicaciones, le restaba identidad y complicaba bastante su uso.
El objetivo fue quedarnos con dos de los colores de la paleta y elegimos equilibrar la nueva paleta con uno de los colores cálidos, el amarillo, y uno de la gama fría, el azul, pero con una revisión de tonalidad que los actualizara.
El cambio era un hecho y queríamos una tipografía con más carácter y peso en la identidad visual que la anterior. Una Google Font de tendencia, que transmitiera nuestra frescura.
También incorporamos una segunda tipografía más liviana que nos permitiera construir jerarquías de texto en formatos editoriales y web.
Y como el branding es mucho más que la identidad visual, hemos hecho un profundo trabajo de reconocimiento y afianzamiento de nuestra filosofía de marca, valores corporativos, mensajes, hashtag y canales, que iremos desgranando en otros post.
No os engañaremos, ha sido un proceso complejo de mucho consenso interno.
En esencia, todo el rebranding se ha diseñado para comunicar que PISTO está en otro momento empresarial al de hace 9 años, y que es mucho más que una agencia de marketing.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗮𝗴𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗯𝗼𝘂𝘁𝗶𝗾𝘂𝗲 𝗳𝘂𝗹𝗹 𝘀𝗲𝗿𝘃𝗶𝗰𝗲.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝘁𝗲𝗴𝗮𝘀.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗰𝗿𝗲𝗮𝘁𝗶𝘃𝗼𝘀.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘃𝗮𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗰𝗲𝗿𝗰𝗮𝗻𝗼𝘀.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗺𝗮𝗷𝗲𝘁𝗲𝘀.
𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗣𝗜𝗦𝗧𝗢.
Y a ti, ¿te ha gustado el cambio? Te leemos en comentarios…